Tras el ataque de Hitler a Polonia, Francia e Inglaterra declararon la Guerra a Alemania. Sin embargo Alemania intentó negociar con Francia e Inglaterra el reconocimiento de su situación, ya que Alemania puso una excusa para invadir Polonia, Francia e Inglaterra respondieron negativamente a esto, por lo que Hitler fijó su objetivo en abastecer de suministros a su ejército.
En abril de 1940, Hitler invadió Dinamarca y
Noruega, dejando aislada a Suecia como estado tapón neutral ante la cercanía de
la Unión Soviética. En el frente occidental europeo la situación se estableció
después de que Francia intentara sin éxito romper las líneas de defensa
alemana, luego de la invasión a Polonia. Siete meses pasaron los dos ejércitos
frente a frente sin luchar.
La caída de Francia fue uno de los puntos más
importantes de la guerra. Se trataba del plan amarillo, una acción coordinada
contra Holanda y Francia, a cargo de tres cuerpos de ejército desplegados a lo
largo de un frente de 250 kilómetros. El cuerpo del ejército A, liderado por el
general Gerd von Rundstedt, realizaría la acometida principal por el centro del
frente a través del bosque de las Ardenas. Al norte, el cuerpo de ejército B, a
las órdenes del general Fedor von Bock, lanzaría un ataque simultáneo sobre
Holanda y Bélgica; al sur el cuerpo de ejército C, bajo el mando del general
Wilhelm von Leeb, permanecería a la defensiva frente a la línea Maginot.
A finales de 1940, con los japoneses beneficiados
por los ataques relámpago de Alemania en Europa, Japón decidió conquistar
colonias francesas.
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